Cuentos de gente que lee demasiado

Otros Blogs
Y si falta alguien, pues que se añada :p
Reglas Generales
  • Todo el mundo es libre de modificar la plantilla, siempre que guarde (en la cabeza o en un txt) un backup de la versión previa por si la opinión de la gente es contraria al cambio.
  • Se puede añadir a gente como escritores, pero tampoco hay que saturar esto... y sería conveniente que fuera un consenso, que se opine entre todos y eso,... salvo los usuarios iniciales que ya sabeis todos quienes son.
  • NO vale dar un golpe de estado, quitar los privilegios del resto de los participantes e implantar una dictadura.
  • Nadie intentará sacar beneficios económicos del blog sin compartirlos con el resto (el Adsense ese, vamos).
Reglas de los mensajes
  • Cada post es un capítulo. En el título se pone el nombre de la historia y el número del capítulo (y un nombre del capítulo opcionalmente).
  • Sólo la persona que escribe un capítulo lo puede modificar, indicando (con colores) las modificaciones. El resto puede sugerir cambios en los comentarios del capítulo.
  • El siguiente por escribir lo solicitará en los comentarios del capítulo actual.
  • El turno de escritura debe ser cada uno un capítulo hasta el final del grupo de gente y vuelta a empezar si fuera necesario, round robin de ese. Si alguien no quiere escribir, que lo indique claramente y su turno pasará al siguiente.
  • Cada capítulo tiene que intentar seguir la trama del anterior y, excepto el último, dejar abierto el final para que se pueda continuar
  • Se indicará el último capítulo por parte del escritor del mismo.
Reglas de los Comentarios
  • Serán constructivos.... bueno, unos poquitos destructivos también :D
  • No se usará friki como insulto.
  • Los podrá hacer cualquier persona que lea esto, así que decidle a la gente que nos sindique.
  • No atacarán al escritor personalmente, sino a su obra.
jueves, agosto 10, 2006
El fin del crepúsculo. Capítulo 7. El dolor del olvido
Sonreí. Una estúpida sonrisa surcó mi agotado semblante. Intentaba tranquilizarme haciendo bromas de mal gusto. Siempre había sido así, desde pequeña.

— ¿Qué hora es? ¿A qué hora ponía en la carta que vendría? — le dije, mientras intentaba calmarme, a sabiendas de que sería imposible hacerlo. Intentaba mirar el tétrico escenario, intentaba mirar y olvidar al mismo tiempo. No lo conseguí. Marta seguía en silencio, y me giré hacia ella. Me estaba mirando fijamente, con una expresión seria en el rostro. Sus ojos... sus ojos estaban distantes y fríos. Me costaba trabajo respirar. Empecé a jadear lentamente.

— Yo lo hice — dijo Marta nuevamente, con un tono de voz indiferente —. Yo les maté. Yo escribí la carta.

— Vamos, no tiene gracia. Deja de decir tonterías — repliqué con angustia —. ¿Qué hora decía la carta?

— ¡Sigues sin entenderlo! — gritó Marta, acabando con el silencio que reinaba hasta ese momento en aquél lugar maldito. Sacó algo de su bolsillo, y lo extendió para que pudierar verlo. Era una cadena de plata, de la que pendía una pequeña cruz maltesa. Era... era de Tomás. Una lágrima apareció en sus gélidos ojos. Por un instante, mi corazón dejó de latir. No estaba preparado para la verdad. No estaba preparado para esa verdad. Comencé a jadear sonoramente. El sudor volvió a tomar control de mi rostro. Tenía calor, mi espalda tilitaba de frío, mi frente ardía. — ¡Lo hice por ti! — exclamó nuevamente. Sus palabras atravesaron mi mente. Retrocedí un paso, instintivamente.

— ¡¿Qué estás diciendo?! ¡Cállate! ¡No digas tonterías! — Por momentos se me nublaba la vista. Un sonido de pasos que se acercaban lentamente. Un sonido de pasos que no podría olvidar en los próximos días. Habían dejado de ser bonitos, intentaba futilmente sacarlos de mi mente. Retrocedí a ciegas una vez más.

— Ernesto siempre se reía de ti. Decía que eras un mierda, que no te atrevías nunca — su tono de voz estaba teñido por una sonrisa enfermiza. Sentí que mi espalda estaba a punto de partirse —. Elena... una zorra que siempre pensó que eras un despojo, le dabas tanta lástima...

— ¡Cállate! — intenté gritar, pero la voz se quedó a medio camino, entre mis exhaustos pulmones y mi reseca garganta. Intenté retroceder, pero el mundo comenzó a girar sobre mis pies.

— Tomás nunca te tomó en serio, para él no eras más que el perrito faldero de mi hermana. Si hubieras oído lo que de ti le contaba a solas... Tienes que creerme, lo hice por ti — El sonido de pasos se detuvo. Seguí caminando a tientas, intentando no caerme. Tropecé con algo. Era un banco, y conseguí sentarme en él sin caerme al suelo. Me sujeté la cabeza con las manos, mientras descansaba entre mis piernas. El silencio nos envolvió nuevamente, y nos acompañó durante algunos minutos.

— ¿Y Claudia? ¡Joder, era tu hermana! ¡Tu propia hermana! — le grité, con lágrimas en mis ojos, incrédulo aún de lo que estaba oyendo, anhelando despertar de repente, y abrazarme a la almohada mientras intentaba dejar que me calmara, como tantas otras noches.

— Fue un error. Ella fue un error. Estaba loca, no supo elegir nunca en su vida. No era capaz de ver lo que tenía delante, demasiado ocupada con sus niñerías. No te merecía, no sabía apreciarte como yo. Si ella no hubiera nacido, tú me habrías amado a mí, y nada de esto habría sido necesario. ¡Todos están muertos por su culpa! — arrojó al suelo con furia la cruz de malta, y se restregó lentamente una mano por la mejilla. La luz brillaba en su rostro. Por un momento, me pareció una muñeca de porcelana indefensa rodeada de una aterradora oscuridad. Por un instante, desearía haberla abrazado y consolado. Pero algo en mi interior me detuvo. La oscuridad aterradora emanaba de ella.

— Si ella no hubiera nacido, no te habría conocido. Para mí, eres la hermana de Claudia — respondí lo más sereno que pude, sin meditar demasiado las palabras que iba diciendo.

— ¡No! ¡Estamos predestinados a estar juntos! Juntos, como en nuestra anterior vida. ¿Es que no te acuerdas? — era incapaz de creer lo que estaba oyendo. ¡Joder, y yo creía que tenía problemas! Tenía que salir de allí lo más pronto posible, y llamar a la policía. Pero había algo en mi interior que me arrastraba hacia ella poco a poco. ¿Serían esas gélidas pupilas que no podía dejar de mirar?

— Será mejor que te vayas a casa. No quiero verte. Me... Yo me voy a casa. Quiero dormir — me levanté del banco en cuanto el mareo me permitió. Comenzaba a recuperar la sensibilidad de mi cuerpo, y me creía capaz de emprender el camino de regreso a casa, solo.

-------
Versión corregida y mejorada. Ahora hasta se entiende.

Escrito por antemil @ 3:09 p. m.  
12 Comentarios:
  • A las 19:35, Blogger Miauz dijo…

    Será la lejanía... pero no termino de entender el final.

    Lo releeré luego, a ver si me aclaro. Pero eso sí, esto es raro raro xD

     
  • A las 21:42, Blogger antemil dijo…

    Ajá, se supone que no recuerda (de momento) ese fragmento de lo sucedido. Y no se lo lleva porque no creo que una chica pueda arrastrar sin destrozar a nuestro protagonista durante varios kilómetros sin tener que usar taxi o similar y pararse a dar explicaciones. Pero si queréis, cambiamos el final, que ciertamente está un poco con pinzas. Con lo de retorcido... creía que últimamente esto se había convertido en una competición de a ver quién lo hacía más retorcido, si no mirad el final que dejó Mr. Ferguson justo antes así al aire XD

    Se aceptan sugerencias para un nuevo final menos incomprensbile.

     
  • A las 22:09, Blogger antemil dijo…

    Si tiramos de la vertiente sobrenatural que gustaba Morgana, podrás comprobar las repetidas referencias a lo especial de los ojos de nuestra querida Marta a lo largo de todo el relato. Se puede proponer también una conducta hipnótica-subjetiva en nuestro protagonita. Pero vamos, inicialmente iba a hacer que se despertara en una habitación desconcodia para él. Básicamente algo así como que Marta le ha secuestrado, pero yo pensé justo lo contrario que tú, y no ví viable que ella pudiera haberle transportado de lugar. Pero si os gusta más, reescribo el final original.

    Espero algún comentario respecto a esta pregunta, y en cuanto lo lea me pongo manos a la obra lo mejor que sepa.

     
  • A las 12:43, Blogger alayma dijo…

    Wenas,
    El principio del capítulo lo veo bien, los motivos y eso que da Marta, pero el final me parece es que es un poco lioso, además de dificil de continuar.

    Propongo que se elimine el último o los dos últimos párrafos, y que el próximo continue desde ahí a ver si se ocurre otra salida mejor al asunto.

     
  • A las 14:53, Blogger Miauz dijo…

    A mí también me parece raro el final, ya dije que no lo entendía... Quitar el último párrafo sería una opción, sí.
    Y lo de las cosas sobrenaturales... no las veo por ningún lado... pero weno, eso depende del siguiente que escriba, que a mí no me toca.

     
  • A las 15:23, Blogger antemil dijo…

    ¡Oído cocina!

    Para dejar más libertad borraré los dos últimos párrafos, como ha sugerido bonnie alayma. Que conste que no lo dejé ahí inicialmente porque se suponía que cada capítulo debía ser semi-autocompleto, y me parecía dejarlo a medias, aunque fue mi intención incial. Y claro, añadidos nunca fueron buenos.

    Lo de las cosas sobrenaturales... no hay ninguna, son simples referencias vagas y multitud de superfluos recursos estilísticos centrados en los destelleantes e intranquilos ollos da túa muller, ti sabes. Cosas de hipnosis o sugestión, pero bueno, no pasa nada. Yo seguiré con mi fijación por unos atrayentes ojos en Marta. Siempre y cuando Mr. Ferguson no se los arranque antes.

     
  • A las 01:25, Blogger Ferguson dijo…

    Pues ahora que lo dices, no es mala idea... xD

     
  • A las 01:38, Blogger Ferguson dijo…

    Bueno, fuera coñas. Creo que no ha gustado el ultragiro radical de mi mini-episodio...

    Pero como lo lea JJ Abrams me contrata para guionista de Lost! Seguro! xD

     
  • A las 09:55, Blogger antemil dijo…

    ¡Jajaja! No hombre, a mí sí me ha gustado. Ha sido una salida inteligente e interesante a lo de la carta del asesino. Otra resolución más predecible seguramente habría conducido a algo más tópico. Así podemos convertir a Marta en una... otra psicópata en la historia. Lo que pasa es que le dejaste el marrón narrativo a otro, y eso no se hace XD Pero bueno, yo creo que más o menos se va recuperando el hilo narrativo (si es que alguna vez hubo uno).

    P.D.:
    Los párrafos borrados en realidad están comentados, así que son legibles si ves el código HTML, y supongo que desde la edición de la bitácora también.

     
  • A las 09:02, Blogger Blanche dijo…

    bueno, una "intrusa" comenta la historia. Entré a leer un trozo concreto, el de alayma, y me lo he leido entero... creo que se nota un poquito cómo sois cada uno por vuestras palabras. Solo (si se me permite) haría un apunte: cuidado con los giros inesperados, a veces , si anteriormente se han dado muchos detalles o especificado mucho , quedan raros, porque descuadran en exceso al lector, pero es solo una opinión. Estoy enganchada. Besos

     
  • A las 23:23, Blogger antemil dijo…

    Bueno, supongo que para ser una prueba experimental entre gente que no suele hacer cosas de estas y no saben cómo se tienen que hacer, no está quedando demasiado mal. Otra cosa es que quede coherente. Pero creo que, por lo menos, muchas ideas buenas pueden surgir para luego hacer una reedición más estructurada y más coherente sobre lo mismo. Pero eso será en un futuro, primero hay que acabar esta.

    Muchas gracias por tus palabras, y seguiremos escribiendo... cuando escriba el siguiente, ejem.

     
  • A las 12:56, Blogger Blanche dijo…

    ya entran ganas de seguir leyendo.... habra que esperar mucho? ains, en fin besos y mucha inspiracion!

     
Publicar un comentario
<< Volver
 
Entradas Anteriores
Archivos
Enlaces
Template by

Free Blogger Templates

BLOGGER